sábado, 22 de septiembre de 2012

La mejor hora para beber agua: del mito a la realidad


Por L. Moreno | 21/09/2012 - 14:02

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Cuando el cuerpo te lo pida. El agua es un nutriente imprescindible, ya que dos tercios del organismo están compuestos por ella, y no obstante perdemos una gran cantidad de líquido al día que puede incrementarse según varios factores, entre los que destacan la sudoración, las altas temperaturas o el aumento de la cantidad de ejercicio físico diario.
No existe un horario predeterminado al que ajustarnos para reponer líquidos. La única señal es cuando salta la alarma del reloj biológico y notamos la garganta reseca, la sensación de sed. No obstante, debido a sus propiedades beneficiosas para la salud y el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo, sí es necesario beber de media litro y medio de agua al día para prevenir la deshidratación.
Sin embargo, para aquellos que se someten a un régimen específico, el mayor valor del agua es su nulo contenido en calorías. Además, su poder saciante nos deja, cuando bebemos varios vasos, la sensación de tener el estómago lleno, lo que reduce nuestro apetito y el impulso de tomar alimentos de forma descontrolada, una costumbre que propicia el factor rebote en las dietas y en la que caemos inevitablemente cuando estamos ociosos frente a la televisión, sin saber qué hacer con el resto de los sentidos.
De aquí ha nacido el falso mito de que adelgazamos si bebemos una gran cantidad de agua durante la comida, pero eso no ocurre realmente así. Cabría pensarlo debido a lo mencionado sobre que ingerir muchos vasos nos llena el estómago enseguida. Sin embargo, el exceso de líquido dificulta la digestión, y nos dejará una sensación de hinchazón duradera el resto de la jornada.
No podemos dejar de tener presente su nulo contenido energético. Si un vaso de agua tienecero calorías por la mañana, también las tendrá por la tarde; por ello, podemos beber antes, durante o después de las comidas sin miedo a que esta cantidad varíe en absoluto. El mito se ha extendido hasta el punto de hacernos olvidar los detalles lógicos de la realidad. Sin embargo, es cierto que los expertos recomiendan tomar un sorbo de agua para ayudar a tragar el alimento si encontramos problemas para que pase; y si tomas comidas bajas en sal y alimentos ricos en agua, el riñón te lo agradecerá en un futuro cercano.
Un punto y aparte son las bebidas isotónicas, los zumos y batidos, y la ingesta de otros líquidos en hora punta; es decir, cuando nos disponemos a hacer deporte o someter el cuerpo a una intensa actividad física. Dependiendo del nivel de ejercicio, la temperatura y sudoración del deportista, es bueno beber 500 ml. de agua dos horas antes de comenzar a hacer deporte (aunque no se tenga sed) y tomar sorbos cada quince minutos de alguna bebida isotónica para compensar la pérdida de azúcares. Por ello no conviene abusar de ellas en reposo, ya que provocarían un aumento del nivel de glucosa en sangre poco beneficioso.
Sabemos que el agua es insalobre, y esto es una característica que puede aburrir al paladar. Si quieres sustituirla con algo más "vivo" para animarte a alcanzar la dosis diaria recomendada, prueba con infusiones, zumos y batidos con leche desnatada, que aportan la cantidad de azúcares necesaria, alegran las papilas gustativas con un abanico de sabor, contribuyen a alcanzar el litro y medio de líquidos que se debe tomar al día y aportan un contenido de calorías bastante reducido. Y nada de las temidas grasas trans que no alimentan, que no ayudan y que se almacenan formando desfavorecedores globos en la figura, sino azúcares que se habrán fundido después de unos minutos corriendo.

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