martes, 20 de enero de 2015

Heroínas del agua

Se acaba de celebrar en Zaragoza bajo el lema la conferencia anual de la ONU, 'De la visión a la acción'

Un caso de éxito presentado: el grupo de mujeres Tegemeo, en Tanzania, consigue acceso al agua potable y saneamiento para 10.000 personas de sus comunidades.


Una década. Eso es lo que ha durado la lucha del grupo Tegemeo, siete mujeres tanzanas que un día decidieron dejar de resignarse a vivir sin agua; sin un grifo que girar, teniendo que caminar durante horas para conseguir una garrafa de ese incalculable tesoro que aún 770 millones de personas en el mundo no tienen al alcance de la mano. En África, las mujeres gastan 40 billones de horas al año en ir a recoger agua. En Mweteni (en el distrito de Same, en Tanzania) esas interminables marchas se acabaron. “Tegemeo significa independiente, autosuficiente. Eso es lo que nosotras queríamos ser, y así nos llamamos”, explica Eliza Mngale, la portavoz del grupo que, desde el 15 hasta el 17 de enero, tuvo la oportunidad de narrar su proyecto en la conferencia anual de la ONU, Agua y desarrollo sostenible. De la visión a la acción, que se celebró en Zaragoza.
Empezaron sin recursos, conscientes de que habría obstáculos según Mngale, y que habría que superarlos: “No conseguíamos fondos, fue difícil al principio. Pero era tremendamente necesario. Cuando no hay agua, en África, son las mujeres las que tienen que ir a buscarla. Por eso es importantísimo el papel de la mujer para transformar la situación, para establecer vínculos dentro de las comunidades”. El agua lo cambia todo y su impacto es una onda expansiva brutal en todos los ámbitos, desde la salud hasta la educación, sin embargo no fue reconocido como derecho hasta 2010. “Unas 10.000 personas han podido tener una vida mejor gracias al acceso al agua potable y al saneamiento en diferentes comunidades de Mweteni”.


Todo el proceso se hizo implicando a los diferentes sectores y grupos de la zona, desde las propuestas para conseguir financiación hasta el manejo de los fondos, que finalmente rondaron los 100.000 euros. “Para evitar la corrupción”, apunta Mngale. Con eso llegaron a las casas y los colegios, se destinó una parte a formación, se hizo una cosecha de agua de lluvia en escuelas y hospitales para complementar la necesidad mayor que tienen esos edificios. “Eso sí, cuando comenzamos todo era muy abstracto: había que poner en marcha el proyecto, presentarlo, contactar con instituciones… Nos hicimos miembros de Women for Water y a partir de ahí pudimos empezar a trabajar”.
Empezaron a llegar respuestas afirmativas por parte de distintos organismos, también del sector privado, algo que las hizo dudar: “No queríamos ser utilizadas de ninguna forma, pero vimos que no iba a ser así, llegamos a un acuerdo y aprovechamos las ventajas. Desde esas organizaciones podían difundir mejor el trabajo hecho y llegar a más gente”. Women for Water Partnership, Aqua for AllSoroptimist Wassenaar, Retourschip Foundation, Replenish Africa Initiative (una iniciativa de la Fundación Coca Cola en África) y Marie-Stella-MarisFoundation son algunas de los nombres que han ayudado a que varias comunidades de Mweteni puedan levantarse y lavarse las manos o beber un vaso de agua. Un gesto tan simple pero tan arduo de conseguir.
Pasaron de ser siete a 27 mujeres en la pelea. “Nosotras sabemos hasta dónde afecta esta carencia. Para nosotros es mucho trabajo tener que ir a buscar el agua, hay mucha gente con VIH en estas comunidades, los niños no podían ir a la escuela porque tenían que ir a recoger agua, las enfermedades se propagan con más facilidad y se curan peor…”, recuerda Mngale. Ahora están teniendo diálogos con el gobierno para que, con su apoyo técnico, pueda continuar el mantenimiento y abrir nuevas vías para mejorar la estructura.

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