lunes, 5 de enero de 2015

Mexicanos usamos hasta cinco mil litros de agua al día.

Aficionado al futbol y a las biografías de líderes históricos, el Director General de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), David Korenfeld, ha aprendido a enfrentar los retos que ha encontrado en el servicio público. En entrevista habla sobre los proyectos para el mejoramiento de la distribución del agua en el Estado de México y el Distrito Federal; los retos para llevar el líquido a todas las comunidades del país y explica la relación que deben tener los organismos municipales encargados de esta tarea y otros sectores, como los enfocados en el drenaje. Asegura que “vale la pena sensibilizar a los mexicanos de que el servicio del agua es uno de los que menos volteamos a ver y al que menos importancia le damos”.
Bibiana Belsasso: Hay nueve millones de mexicano sin agua entubada, ¿qué se piensa hacer para darle agua a la mayoría de los mexicanos?
David Korenfeld: México es un país muy especial en esta materia. Tenemos además de microclimas, microrregiones, y no hay que perder de vista que México está en la misma línea de latitud de los grandes desiertos del mundo, eso quiere decir que tenemos una zona con condiciones desérticas. Pero también tenemos una franja en la que llueve más en el país y en el mundo, que es la del sureste, donde cerca del 38 por ciento del agua dulce escurre en minutos; por lo que los diversos asentamientos de ciudades no necesariamente están en donde hay mayor acceso al agua. Había entonces, en condiciones normales, que sacar el agua subterránea o esperar la lluvia para acumularla. Las condiciones del mundo han cambiado y con ello el fácil acceso al agua terminó. Ahora se requiere de mecanismos complicados para abastecer a las ciudades de agua. En la política hídrica de este país, todos los días pensamos cómo acercar el agua de diferentes formas, que nos permitan, en colaboración con los municipios prestadores del servicio, acortar la brecha que existe en algunos lugares donde las condiciones naturales dificultan trasladar el líquido por grandes distancias.
Belsasso: También llevar el agua a todas las comunidades, incluso en las que hay muy pocas personas, se hace muy complicado.
Korenfeld: Sí. La dispersión es uno de los grandes problemas para los prestadores de servicio, que principalmente son municipales. Y lo que vale la pena es que empiecen con una planeación a largo plazo, y que se empiecen a asociar entre ellos, que en la prestación de servicios los municipios tienen que garantizar no perder la base, e incorporar a los nuevos usuarios. No se trata de cuánto queramos que cueste el agua, sino cuánto cuesta llevar el agua del punto A al punto B, ése es el costo real. Y vale la pena sensibilizar a los mexicanos de que el servicio del agua es uno de los que menos volteamos a ver, que menos importancia le damos...
Belsasso: No vayamos lejos, aquí en la Ciudad de México es complicadísimo. El agua viene del Estado de México y hace unos años por sólo transportar el agua se perdía, creo, la mitad ¿qué pasa ahora?, ¿cuánto se pierde de este líquido sólo en el traslado?
Korenfeld: El Distrito Federal y el Estado de México tienen diferentes fuentes de abastecimiento, uno es el sistema Cutzamala, que significa elevar el agua mil 400 metros de altura desde el estado de Michoacán y después transportarla por 131 kilómetros en una macrolínea que llega a los puntos establecidos que tenemos tanto en el Estado de México como en el Distrito Federal; de ahí empieza la distribución micro entre las colonias.
Belsasso: Y ahí se pierde muchísima agua.
Korenfeld: Así es. En la macro, no. En la macro se entrega casi la totalidad del líquido porque tenemos un sistema de monitoreo muy preciso. En la distribución interna, tanto el Distrito Federal como en el Estado de México, se trabaja mucho en llevar el agua a las partes más altas y más lejanas. En delegaciones como Tlalpan, Azcapotzalco, Iztapalapa, el sistema de agua tiene que hacer más bombeos. El problema real existe en la distribución interna y el contacto entre la red y la toma domiciliaría, donde existe el mayor número de fugas que cuantificadas representa un número importante
Belsasso: Ya que tocas el tema de Iztapalapa, llegan quejas de que no tienen agua, de que tienen que pedir pipas; paradójicamente la gente más pobre es la que tiene que pagar las pipas y el servicio de agua privada, ¿va a mejorar de alguna manera en esta administración?
Korenfeld: Hemos trabajado muy de cerca con el gobierno del Distrito Federal en tres vertientes fundamentales: Uno, nuevas fuentes de abastecimiento, traer agua nueva. Dos, el Distrito Federal está en un proceso de mejoramiento de su distribución interna, porque ahí tenemos otra fuente para recuperar el agua que se pierde y hacer una inversión para recomponer la red. Y, tercero, tener una visión metropolitana en la prestación de los servicios. Estamos buscando traer más agua, y que mejore la capacidad de entrega en el Distrito Federal, un tema que también está en proceso operativo. El sistema Cutzamala tiene más de 30 años, este gobierno por primera vez construye una nueva línea con dos mecanismos o dos fines, uno para tener mayor seguridad en el sistema y otro, para cuando se tengan que hacer los mantenimientos y parar el sistema —aproximadamente seis al año—, que se utilice la otra línea para continuar la distribución con los volúmenes necesarios.
Belsasso: ¿Se va a terminar?, porque han pasado las administraciones y siempre ha estado el proyecto del sistema Cutzamala. Se tiene que mejorar, es evidente que iba a tronar tarde o temprano.
Korenfeld: En 2016 estaremos terminando la nueva línea del sistema Cutzamala que nos garantizará tener otra fuente de entrega al Estado de México y al Distrito Federal. Es una obra muy importante, son casi 80 kilómetros, en los que estamos utilizando líneas de acero que nos llevan a la vanguardia en un acueducto que nació hace más de 30 años y ahora se adapta a la necesidad de generar alternativas para el mantenimiento y para la seguridad, lo cual es muy importante en la prestación del servicio en la línea macro. El siguiente paso es el que están dando el Estado de México y el Distrito Federal al mejorar sus redes de carácter municipal o delegacional, que permiten que el agua llegue a los diferentes rincones del centro del país.
Belsasso: El 19 de noviembre fue el día mundial del inodoro; puede parecer muy gracioso ver a los manifestantes en Madrid con los pantalones abajo, como si estuvieran en el inodoro, pero cuando entiendes la gravedad del problema, cuando ves que una de cada tres personas en el mundo no tiene acceso a un inodoro te das cuenta que es un problema gravísimo. En México eso sucede, hay muchísima gente que todavía utiliza letrinas, que va al baño en campo abierto, y esto es en gran medida por la falta de agua.
Korenfeld: Tocaste el otro tema. Ya vimos el agua potable, ahora el saneamiento que es parte integral. Los inodoros han pasado un proceso largo, anteriormente requerían más agua para utilizarse y si contabilizamos las ocasiones que un ser humano lo utiliza, multiplicado por el número de miembros de una familia y por los litros utilizados, hablamos de una cantidad de agua importante, por eso se han modificado los patrones. Hoy tenemos sanitario que utilizan 1.8 litros por cada descarga; los primeros requerían cantidades mucho más grandes, estamos hablando de un gran ahorro. Además, los municipios requieren ampliar el saneamiento, este tema de las famosas líneas de drenaje que permiten descargar a un sitio y después llegar a una planta de tratamiento para tener el círculo integran en materia de agua.

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