La situación de los recursos hídricos en el Valle de México es muy crítica. Si persiste la sobreexplotación de mantos acuíferos y las prácticas ineficientes de aprovechamiento del agua urbana, en 30 años la demanda aumentará al doble y el déficit de abasto se multiplicará exponencialmente, anticipa el Banco Mundial (BM).
Al interior del reporte “Agua urbana en el Valle de México: ¿un camino para mañana?”, se estima que, al margen del desabasto que sufrirá la población en su conjunto, el gobierno estará obligado a aumentar cada vez más subsidios al sector, lesionando gravemente su disponibilidad presupuestal.
Según sus estimaciones, el mal aprovechamiento del recurso hídrico y el desabasto ya está costando un punto del Producto Interno Bruto de crecimiento a la economía del Valle de México, que incluye 64 municipios del estado de México y 16 delegaciones de la ciudad.
El documento, presentado ante funcionarios de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y de la Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento de México, evidencia que un determinante de esta crisis del agua está en el desordenado crecimiento urbano y en el aumento de la demanda del servicio.
Para ilustrarlo, el director de Desarrollo Sostenible de América Latina en el BM, Ede Ijjasz Vásquez, explica que este crecimiento urbano ha significado que la disponibilidad de agua en el Valle esté en el orden de 74 metros cúbicos por habitante. Lo que, de por sí, es considerado como una situación de estrés hídrico extremo, aseguró.
Pero lo peor es que por la poca cultura de ahorro de agua se consumen 600 metros cúbicos por habitante. Ésta es una evidencia crítica, afirma.
En la presentación del documento, el especialista en agua y saneamiento del Banco Mundial, David Michaud, precisó que 91% de la población que vive en el Valle de México cuenta con el servicio de agua potable. Con dificultad en el abasto e intermitencia en el servicio, pero tienen la infraestructura para recibir el vital líquido.
El 9% restante de la población que no lo recibe y que está en zonas de escasos recursos paga por tambos y pipas un costo que supera 14 veces el que se cobra a quienes tienen el servicio público. Y esto es el resultado del alto subsidio con el que llega el servicio de agua, advierte.
El panorama es peor si se toma en cuenta que la población que tiene problemas en el suministro del servicio y cuenta con recursos suficientes para instalar una cisterna y un tinaco paga 12 pesos por metro cúbico de agua almacenada. Por un servicio, cuyo costo normalmente es de 7 pesos por metro cúbico. La alternativa a este problema es fomentar la cultura al ahorro del agua, una mejor supervisión del uso del hídrico y aumentar el pago de derechos por el servicio, refieren.
NO SE CERRARÁ DESABASTO EN 30 AÑOS
Ni en un escenario de rehabilitación del Sistema Cutzamala que incluya la tercera línea del mismo o la ampliación del tratamiento de aguas residuales se podría cerrar completamente la brecha del abasto de agua en el Valle de México, afirmó el director general de la Comisión Nacional del Agua, David Korenfeld.
Durante la presentación del estudio “Agua urbana en el Valle de México: ¿un camino verde para mañana?”, advirtió que las decisiones presupuestales, financieras y de infraestructura no pueden seguirse posponiendo, pues es ahora cuando tienen que quedar sentadas las bases para que de aquí a dentro de 30 años baje el déficit del abasto de agua.