Toluca, Méx. – Apenas cinco por ciento del total del agua de que México dispone es de calidad; este panorama exige la aplicación de políticas públicas que con base en la reutilización y tratamiento del vital líquido, amplíen las opciones para su utilización, expresó ante estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma del Estado de México, el especialista de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), Fernando García Márquez.
Al dictar la conferencia “El adecuado uso del agua”, el servidor público realizó una evaluación sobre el estado actual que guarda el elemento vital en la zona del Valle de México, es decir, el Distrito Federal y parte del Estado de México, donde advirtió, la situación es insostenible, ya que la explotación del líquido se sitúa en 175 por ciento.
Lo anterior, dijo, es porque dicha área cuenta con la mayor aglomeración poblacional del país, al alojar a uno de cada cinco mexicanos, que día con día necesitan y demandan, para la realización de sus actividades sociales y económicas, el vital líquido.
Sostuvo que entre las principales dificultades que experimenta el Estado de México, al tener una demanda excesiva de agua, está la limitación del desarrollo agropecuario, sector que en los últimos años cayó de manera estrepitosa en la zona, así como la exención de pagos de agua que mantienen algunos municipios de la entidad.
Respecto a la distribución de las regiones en las cuales la Comisión Nacional del Agua divide al país para mejorar el vínculo entre los diversos sectores (social, industrial y gubernamental), García Márquez indicó que Toluca pertenece a la Zona Centro, donde coexisten cuatro cuencas hidrológicas.
En el marco de la 2ª Feria de Educación Ambiental y Cultura Forestal Universitaria, organizada por la Máxima Casa de Estudios mexiquense, Fernando García Márquez refirió que Lerma-Santiago-Pacífico, Valle de México, San Juan Pánuco o Golfo Norte y Balsas son las cuatro cuencas que son abastecidas principalmente, por el Sistema Cutzamala.
Para finalizar, exhortó a la comunidad de la Máxima Casa de Estudios mexiquense a implementar, con base en sus conocimientos, nuevas estrategias que permitan, de manera sustentable, la explotación del agua, al tiempo que recalcó que la educación ambiental que los universitarios puedan llevar a sus casas es el cimiento para la construcción de un México más equitativo en la distribución del recurso.
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