En los países con servicio de agua potable las personas gastan hasta 1000 veces más comprando agua embotellada en lugar de tomar del grifo.
22/08/2013
Un estudio descubre que los daños que ocasiona el agua embotellada exceden los beneficios.
Un reciente estudio realizado por Canadeanrevela que el agua embotellada será la industria líder de ventas en 2015. El consumo mundial de agua aumenta a un ritmo anual de 12%, y los mayores consumidores somos los europeos, acaparando casi el 50% de la producción mundial de agua. Muchos consideran al agua embotellada más segura y de mayor calidad que la del grifo, sin embargo una reciente investigación reveló que este producto tiene altas concentraciones de desinfectantes, restos de fármacos y otros químicos, lo que puede causar serios problemas de salud.
El control de sustancias en el agua embotellada puede resultar más difícil que el control del agua de grifo. Esto ocurre porque la botella se almacena por períodos más extensos y a temperaturas más altas que las que hay en el sistema de tuberías. Existen diversos microorganismos que no afectan la salud en pequeñas dosis, pero que al aumentar pueden ser muy perjudiciales. Tal es el caso del descubrimiento publicado en la revista InFuture.
Según explica el sitio cañasanta.com, los científicos realizaron un análisis químico del agua y encontraron una alta concentración de desinfectantes para el agua, restos de productos farmacológicos y otros productos químicos que dañan seriamente a la salud.
Previamente investigadores ingleses analizaron los procesos de control y descubrieron que las pruebas astringentes que se le realizan al agua embotellada son significativamente menores. Además, el agua embotellada se somete a una prueba mensual, mientras que el agua corriente debe testearse a diario.
Una vez que se embotella el agua, esta puede permanecer almacenada por largos períodos de tiempo y a diferencia del agua de grifo, la primera no tiene cloro, por lo que es mucho más pasible de contaminarse, especialmente si la tapa no ha sido cerrada correctamente.
Un estudio realizado en Estados Unidos reveló que el 95% de las personas que toman agua embotellada tienen restos de bisfenol-A en la orina. Según explica el docente Chris Wilder de la Universidad Católica Australiana, tras una serie de estudios en animales pudo comprobar los efectos negativos de este componente: problemas con nuestro sistema reproductivo, en el sistema nervioso central, en la tiroides, además de llevar a trastornos como obesidad, hipertensión o diabetes.
Los plásticos que se utilizan para producir las botellas de agua son derivados del petróleo, un recurso natural no renovable. Se estima que anualmente se producen 1,5 millones de toneladas de plástico para embotellar agua, lo que supone, según Emily Wurth, de la ONG Food and Water Watch, entre 32 y 54 millones de barriles de petróleo.
Gran parte de las botellas de plástico no se reciclan y llenan rápidamente los vertederos de basura en todo el planeta. Por su lento proceso de desintegración, el plástico permanece allí por cientos de años.
Contaminación del agua embotellada
El control de sustancias en el agua embotellada puede resultar más difícil que el control del agua de grifo. Esto ocurre porque la botella se almacena por períodos más extensos y a temperaturas más altas que las que hay en el sistema de tuberías. Existen diversos microorganismos que no afectan la salud en pequeñas dosis, pero que al aumentar pueden ser muy perjudiciales. Tal es el caso del descubrimiento publicado en la revista InFuture.
Según explica el sitio cañasanta.com, los científicos realizaron un análisis químico del agua y encontraron una alta concentración de desinfectantes para el agua, restos de productos farmacológicos y otros productos químicos que dañan seriamente a la salud.
Previamente investigadores ingleses analizaron los procesos de control y descubrieron que las pruebas astringentes que se le realizan al agua embotellada son significativamente menores. Además, el agua embotellada se somete a una prueba mensual, mientras que el agua corriente debe testearse a diario.
Una vez que se embotella el agua, esta puede permanecer almacenada por largos períodos de tiempo y a diferencia del agua de grifo, la primera no tiene cloro, por lo que es mucho más pasible de contaminarse, especialmente si la tapa no ha sido cerrada correctamente.
Un estudio realizado en Estados Unidos reveló que el 95% de las personas que toman agua embotellada tienen restos de bisfenol-A en la orina. Según explica el docente Chris Wilder de la Universidad Católica Australiana, tras una serie de estudios en animales pudo comprobar los efectos negativos de este componente: problemas con nuestro sistema reproductivo, en el sistema nervioso central, en la tiroides, además de llevar a trastornos como obesidad, hipertensión o diabetes.
Daños al medioambiente
Los plásticos que se utilizan para producir las botellas de agua son derivados del petróleo, un recurso natural no renovable. Se estima que anualmente se producen 1,5 millones de toneladas de plástico para embotellar agua, lo que supone, según Emily Wurth, de la ONG Food and Water Watch, entre 32 y 54 millones de barriles de petróleo.
Gran parte de las botellas de plástico no se reciclan y llenan rápidamente los vertederos de basura en todo el planeta. Por su lento proceso de desintegración, el plástico permanece allí por cientos de años.
Fuente: Universia España
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