Las lluvias provocadas por Manuel e Ingrid convierten este mes de septiembre en el más lluvioso desde que existen registros
En las dos últimas semanas ha llovido mucho en México. Muchísimo. ¿Cuánto? Exactamente, 162.000 millones de metros cúbicos de agua. En ocasiones como esta, los mejores recursos son comparaciones con campos de fútbol o extensiones de países. Las autoridades mexicanas han optado por otro símil para ilustrarlo: según ha asegurado David Korenfeld, director de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), desde el 11 de septiembre hasta este jueves 26 ha llovido como para que una laguna de 210 milímetros de profundidad cubriera por completo los casi dos millones de kilómetros cuadrados del territorio mexicano.
El problema es que no ha llovido por igual en todos los rincones de la enorme República mexicana. Aunque las lluvias han afectado a 22 Estados, Guerrero se ha llevado una gran parte. Hasta que no acabe el mes no se tendrán los datos definitivos pero, como ejemplo, la estación meteorológica de San Isidro, muy cercana a Acapulco, ha registrado 1.251 milímetros desde que empezó la contingencia. Es el punto del país con los niveles más altos pero la cifra es abrumadora si se compara conlos 766 mm de media anual en México.
La culpa de todos estos litros de lluvia la tienen los ciclones Manuel e Ingrid y lo primero a tener en cuenta es que ambos azotaron México al mismo tiempo. Hacía más de 50 años que dos fenómenos meteorológicos de esta envergadura no coincidían en el país. Se trata de “un fenómeno que ha ocurrido en anteriores ocasiones pero que no es muy habitual”, como informan desde el Centro Nacional de Huracanes de Miami, Florida.
A falta de que termine el mes y se obtengan los datos definitivos, las lluvias registradas convierten este septiembre en el más lluvioso desde que se tienen datos registrados, hace 125 años. Con 212 milímetros - cada milímetro equivale a un litro por metro cuadrado- al día 26, se iguala el registro del hasta ahora mes de septiembre más lluvioso, el del año 1955. Muy atrás quedan los 126.1 mm del mismo mes de 2012.Y aún faltan cuatro días de lluvia.
La depresión tropical número 10 se convirtió en Ingrid en el sur del Golfo de México el viernes 13 de septiembre. Llegó a alcanzar la categoría de huracán pero tomó tierra ya degradada en tormenta tropical tres días después - el lunes 16 de septiembre - en La Pesca (Tamaulipas). Entró en territorio mexicano con vientos sostenidos de hasta 100 km/hora y se movió en dirección oeste-noroeste a una velocidad de 17 km/hora, según el CNH. A pesar de que Veracruz fue el Estado más afectado - más de 200 litros por metro cuadrado--, sus lluvias también golpearon fuerte Tamaulipas, San Luis Potosí y Nuevo León (con lluvias por encima de los 150 milímetros) y de manera más moderada a los Estados de Coahuila, Querétaro, Hidalgo, Tlaxcala, Tabasco e Hidalgo, según la información del Servicio Meteorológico Nacional. Al tocar tierra, Ingrid se debilitó y el CDH anunció su disipación el martes 17.
También fue el viernes día 13 cuando el Servicio Meteorológico Nacional informó de que la tormenta tropical Manuel se había formado frente a las costas mexicanas del Pacífico. Este fenómeno ha sido el que mayores daños ha causado. “El problema de Manuel fue que se mantuvo mucho tiempo estacionario descargando agua sobre Guerrero y, a la vez, alimentándose de más agua del Pacífico. Una zona de alta presión que se situaba en el noroeste de México y parte de EE UU no le dejaba trasladarse hacia el norte”, explica Benjamín Martínez López, doctor en Ciencias Naturales e investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM.
Durante casi cinco días - del viernes 13 al martes 17 - la tormenta tropical azotó principalmente el Estado de Guerrero. El investigador explica que, en condiciones normales, “la tormenta debería pasar en unas cuantas horas por cualquier localidad. Sin embargo estuvo varios días. Fue algo que aún tenemos que estudiar, el porqué se formaron esas altas presiones que tenían a Manuel como atrapado”. Entre el 11 y el 18 de septiembre, las precipitaciones superaron los 987 milímetros en la Sierra de Guerrero, casi un 40% más de la suma de los ocho primeros meses del año en ese Estado, que fue de 597 mm.
El problema fue la lluvia acumulada durante días, puesto que los vientos de Manuel no eran muy fuertes (en torno a 60 km/hora) y por eso se mantuvo en la categoría de tormenta tropical y no se convirtió en huracán mientras estuvo sobre Guerrero. El huracán Sandy, por ejemplo, descargó un máximo de 250 mm en algunas zonas de Estados Unidos, pero avanzaba a más de 30 km/hora. Manuel estuvo quieto y en Guerrero llovió sobre mojado durante días.
La CONAGUA informa de que Manuel también afectó fuertemente a la costa de Michoacán (519 mm en una semana) y a la de Oaxaca (465 mm en el mismo periodo). En menor medida, las lluvias llegaron a Jalisco y Colima y de manera moderada en Estado de México, Distrito Federal, Nayarit, Zacatecas, Guanajuato, Querétaro y Morelos. Cuando el día 17 pudo desplazarse hacia el norte, tomó fuerza y se convirtió en huracán. El jueves 19 tocó tierra en Sinaloa, donde - a pesar de que las lluvias superaron los 150 mm en ciudades como Culiacán y El Dorado - descargó mucha menos agua que en Guerrero.
En México, la temporada de huracanes se extiende desde mediados de mayo hasta noviembre. Para este año, estaba previsto que 19 fenómenos se formaran en el océano Pacífico y otros 14 en el Atlántico. Manuel e Ingrid fueron los números 13 y 10 de cada lado, respectivamente, y, entre los dos, ya han dejado en dos semanas casi el 40% de la lluvia que se ha registrado en México en lo que llevamos de 2013.