sábado, 30 de julio de 2016

Las personas mayores deben beber agua sin tener sed para evitar la deshidratación en verano

La Fundación Edad&Vida celebra, durante los meses de julio y agosto, la séptima edición de la 'Campaña de hidratación Edad&Vida' que conciencia sobre la importancia de ingerir líquidos y recomienda a las personas mayores que beban agua sin tener sed para prevenir la deshidratación en verano.
MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
La Fundación Edad&Vida celebra, durante los meses de julio y agosto, la séptima edición de la 'Campaña de hidratación Edad&Vida' que conciencia sobre la importancia de ingerir líquidos y recomienda a las personas mayores que beban agua sin tener sed para prevenir la deshidratación en verano.
Las altas temperaturas y la humedad ambiental pueden contribuir a la deshidratación, para prevenirlo es recomendable beber entre seis y ocho vasos de líquido y consumir alimentos que tengan gran contenido de agua, como las frutas y verduras, ya que ayudan a mantener un buen grado de hidratación.
Los síntomas de deshidratación son la sed, sequedad de mucosas y piel, disminución de la orina, estreñimiento y, en casos más graves, pérdida brusca de peso, orina oscura y concentrada, somnolencia, cefalea y fatiga extrema, entre otros.
Es importante leer la información nutricional de las bebidas y optar por aquellas que sean bajas en azúcares, ricas en sales minerales y calorías. Por otra parte, con la edad disminuye la sensación de sed y esto puede provocar enfermedades que pueden hacer que las personas mayores beban menos de lo necesario. La sed en los mayores es un síntoma de que la deshidratación ya ha comenzado, por ello se recomienda beber aunque no se tenga ganas.
BEBER MÁS AGUA POR LAS MAÑANAS Y MEDIA TARDE
Además, la temperatura del líquido debe estar entre once y catorce grados y se debe consumir mayor cantidad por la mañana y a media tarde, para disminuir la frecuencia de micciones nocturnas. Es importante beber, nada más levantarse, entre uno y dos vasos de agua para ayudar a la movilidad intestinal.
Deben evitarse las comidas copiosas y beber en cada comida principal un vaso de agua, ya que facilita la ingesta de sólidos. Por otra parte, el médico deberá conocer los problemas de deglución, los cambios de la dieta y la utilización de ciertos medicamentos para ofrecer las recomendaciones más adecuadas de hidratación.

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