Si llegarán a aprobarse las reformas a la Ley Federal del Agua, sin duda alguna, el vital líquido sufriría un encarecimiento porque serán las grandes empresas privadas quienes controlen la explotación de los mantos acuíferos, señaló Jorge Guillermo Sánchez Zazueta.
Al poner en marcha, en la Escuela de Biología de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), las actividades alusivas al Día Mundial del Agua, que se conmemora el 22 de marzo, el director de esta Unidad Académica explicó que la privatización del agua en nuestro país no es viable porque dañaría seriamente la economía de los mexicanos.
Indicó que en algunos países europeos y en Estados Unidos es una tendencia neoliberal que empresas privadas provean el servicio, pero la diferencia con nuestro país es que ellos son primermundistas.
Consideró que toda persona tiene derecho al acceso y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico, como lo señala el artículo cuarto de la Constitución, pero al hacer las modificaciones, esta dejará de ser de la nación.
Sánchez Zazueta especificó que las nuevas reformas a la Ley Federal del Agua pretenden dejar a la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) la definición del porcentaje de participación privada en los proyectos de infraestructura, explotación, distribución y cobro del agua potable.
“De por sí los empresarios son los que dictan muchas de las líneas de las políticas públicas mexicanas; imaginen a los dueños del agua. Entonces tendrán el más grande poder de la sociedad, aparte encarecerá el servicio, porque ahorita está en nivel módico”, apuntó.
Agregó el Director de la Escuela de Biología que el Día Mundial del Agua fue establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para crear conciencia del cuidado del vital líquido.
“Se manejan muchas cuestiones de que se acabará el agua; el agua no se acaba. Lo que está pasando es que somos más personas y, por lógica, nos alcanza menos porque se está contaminando mucho”, aclaró.
Según la ONU, más de mil millones de personas carecen de acceso al agua potable. Si la tendencia continúa, para el año 2025, la demanda de agua potable se espera que aumente un 56%.
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