No tienen superpoderes, pero su trabajo lleva alegría y sacia necesidades de comunidades más afectadas por la falta de lluvias
- Salvadores. Dejando familia y hogar, el grupo Castores de Conagua llega a lugares impensables; llevan agua a las comunidades más afectadas por la sequía. Fotos: Vanguardia-Luis Salcedo
Saltillo, Coahuila.- México tiene a sus propios súper héroes: no vuelan, no pueden levantar trenes o camiones, ni mover objetos con la mente, pero a diario salvan a miles de personas de morir.
Son los Castores de la Conagua, un grupo de hombres y mujeres que acuden al llamado de auxilio de cualquier mexicano afectado por desastres causado por el agua.
Víctor Manuel Cervantes, tiene 39 años y desde hace tres forma parte del grupo de prevención y atención y emergencias de la Comisión Nacional del Agua.
Estaba desempleado cuando escuchó la oferta de trabajo, no sabía que el destino estaba alejado del arreglo de imprentas, carrera técnica que había estudiado.
Desde que fue aceptado se ha estado preparando para enfrentar las situaciones más riesgosas en los rincones más escondidos de México.
Los cursos fueron la constante durante los primeros meses, estar listo para cualquier situación es imperante, cuando ya están preparados salen a cualquier lugar donde se necesite su ayuda.
Desde hace poco más de un mes está establecido en Saltillo, la emergencia de la sequía obligó a que cada vez más Castores fueran enviados al norte.
Cervantes es originario del Distrito Federal, pero con él están compañeros de Yucatán, Querétaro, San Luis Potosí y Campeche desde hace varios meses en Coahuila y que solamente pueden ver a sus familias durante cinco días cada mes.
La sequía está considerada como un desastre natural, uno de los más importantes y que más cuestan vidas a nivel mundial.
“Los medios te dicen que las inundaciones causan más muertes, pero datos de la ONU dicen que la sequía deja más”, asegura Antonio Dávila Capiterucho, gerente de Protección a la Infraestructura y Emergencias, el líder nacional de los Castores.
En Coahuila la sequía ha llegado a niveles considerados extremos , nunca antes vistos en el país; sólo Zacatecas había llegado a tener un estado severo de la misma.
Víctor maneja una de las enormes unidades Unimog U4000 y U5000 que tienen diferentes usos, como pipas, dan mantenimiento y transporte de personas.
Con ellas logran acceder hasta las más alejadas comunidades rurales del estado, sus condiciones hacen que soporten los agrestes caminos sin sufrir daños, incluso de ser exigidos pueden sumergirse hasta a dos metros de profundidad pues son vehículos anfibios.
Marco Antonio López, de 37 años es “castor”, nombrados así por las cualidades constructivas y de ingeniería del animal, que ayuda a los coahuilenses.
Su labor es mantener funcionando todo el equipo de que recorre a diario los caminos, y que sirve para llevar agua a casi 230 comunidades azotadas por la sequía de casi dos años.
Dejar a su familia es el reto más grande, pero dice disfrutar su labor aunque ha batallado para adaptarse al clima y condiciones de un estado que no conocía.
“Nos preparan cada vez que salimos para que vayamos bien física y mentalmente, dependiendo de la situación”, dice.
López y Cervantes coinciden en que a donde se trasladen corren peligro, pero sus ganas de ayudar siempre son más fuertes.
Antonio Dávila Capiterucho es el encargado de del programa que realiza la gerencia a su cargo en 11 estados de la República.
El reto de combatir la sequía es tan grande como el que se realizó en las inundaciones de Tabasco o en otras contingencias, pero asegura que a Coahuila se le ha dado un trato de primera. “El problema de la sequía se vuelve un asunto social y no técnico”, dice.
A pesar de las dificultades que llegar hasta los lugares donde habitan quienes necesitan su ayuda, es la prevención lo que mayor reto representa.
Sus esfuerzos diarios por viajar hasta donde la gente más necesita agua no sólo quedan en la repartición sino en la satisfacción que da ver solucionadas las necesidades de los más desprotegidos.
En acción
Los Castores han visitado al menos 230 comunidades de Coahuila.nEl grupo está integrado por hombres y mujeres.
Viajan a cualquier estado de la República.
Sus integrantesson originarios del Distrito Federal, Yucatán, Querétaro, San Luis Potosí y Campeche.
Ayudan a comunidades afectadas por sequías como a otras impactadas por inundaciones.
Viajan en unidades Unimog U4000 y U5000 todo terreno (anfibios).
Son los Castores de la Conagua, un grupo de hombres y mujeres que acuden al llamado de auxilio de cualquier mexicano afectado por desastres causado por el agua.
Víctor Manuel Cervantes, tiene 39 años y desde hace tres forma parte del grupo de prevención y atención y emergencias de la Comisión Nacional del Agua.
Estaba desempleado cuando escuchó la oferta de trabajo, no sabía que el destino estaba alejado del arreglo de imprentas, carrera técnica que había estudiado.
Desde que fue aceptado se ha estado preparando para enfrentar las situaciones más riesgosas en los rincones más escondidos de México.
Los cursos fueron la constante durante los primeros meses, estar listo para cualquier situación es imperante, cuando ya están preparados salen a cualquier lugar donde se necesite su ayuda.
Desde hace poco más de un mes está establecido en Saltillo, la emergencia de la sequía obligó a que cada vez más Castores fueran enviados al norte.
Cervantes es originario del Distrito Federal, pero con él están compañeros de Yucatán, Querétaro, San Luis Potosí y Campeche desde hace varios meses en Coahuila y que solamente pueden ver a sus familias durante cinco días cada mes.
La sequía está considerada como un desastre natural, uno de los más importantes y que más cuestan vidas a nivel mundial.
“Los medios te dicen que las inundaciones causan más muertes, pero datos de la ONU dicen que la sequía deja más”, asegura Antonio Dávila Capiterucho, gerente de Protección a la Infraestructura y Emergencias, el líder nacional de los Castores.
En Coahuila la sequía ha llegado a niveles considerados extremos , nunca antes vistos en el país; sólo Zacatecas había llegado a tener un estado severo de la misma.
Víctor maneja una de las enormes unidades Unimog U4000 y U5000 que tienen diferentes usos, como pipas, dan mantenimiento y transporte de personas.
Con ellas logran acceder hasta las más alejadas comunidades rurales del estado, sus condiciones hacen que soporten los agrestes caminos sin sufrir daños, incluso de ser exigidos pueden sumergirse hasta a dos metros de profundidad pues son vehículos anfibios.
Marco Antonio López, de 37 años es “castor”, nombrados así por las cualidades constructivas y de ingeniería del animal, que ayuda a los coahuilenses.
Su labor es mantener funcionando todo el equipo de que recorre a diario los caminos, y que sirve para llevar agua a casi 230 comunidades azotadas por la sequía de casi dos años.
Dejar a su familia es el reto más grande, pero dice disfrutar su labor aunque ha batallado para adaptarse al clima y condiciones de un estado que no conocía.
“Nos preparan cada vez que salimos para que vayamos bien física y mentalmente, dependiendo de la situación”, dice.
López y Cervantes coinciden en que a donde se trasladen corren peligro, pero sus ganas de ayudar siempre son más fuertes.
Antonio Dávila Capiterucho es el encargado de del programa que realiza la gerencia a su cargo en 11 estados de la República.
El reto de combatir la sequía es tan grande como el que se realizó en las inundaciones de Tabasco o en otras contingencias, pero asegura que a Coahuila se le ha dado un trato de primera. “El problema de la sequía se vuelve un asunto social y no técnico”, dice.
A pesar de las dificultades que llegar hasta los lugares donde habitan quienes necesitan su ayuda, es la prevención lo que mayor reto representa.
Sus esfuerzos diarios por viajar hasta donde la gente más necesita agua no sólo quedan en la repartición sino en la satisfacción que da ver solucionadas las necesidades de los más desprotegidos.
En acción
Los Castores han visitado al menos 230 comunidades de Coahuila.nEl grupo está integrado por hombres y mujeres.
Viajan a cualquier estado de la República.
Sus integrantesson originarios del Distrito Federal, Yucatán, Querétaro, San Luis Potosí y Campeche.
Ayudan a comunidades afectadas por sequías como a otras impactadas por inundaciones.
Viajan en unidades Unimog U4000 y U5000 todo terreno (anfibios).
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