El acuífero Cuautitlán-Pachuca, que provee de agua a 38 municipios en Hidalgo y Edomex, está perdiendo el volumen necesario y suficiente para cubrir las necesidades de nuevos asentamientos humanos, pues el déficit de 9 millones de metros cúbicos...
Miércoles, 01 de Agosto de 2012
Por: Jorge Martínez I Pachuca
Por: Jorge Martínez I Pachuca
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De acuerdo con la Agenda de Sustentabilidad Ambiental para la Zona Metropolitana del Valle de México, existe una grave preocupación debido a que de la oferta de nuevas casas habitación que tiene Hidalgo, 73 por ciento están en el Valle de Tizayuca.
Esta colindancia, donde convergen habitantes del DF, Edomex e Hidalgo, presenta la carencia de un marco general de planeación del desarrollo urbano, propiciando un crecimiento acelerado y desordenado en la franja sur de la entidad.
Al hacer un repaso de los tópicos que deben planearse para subsanar lo que ya se constituye como un problema, también está considerada la generación de basura. Tan sólo en Hidalgo, se estima que cada habitante genera 806 gramos por día, lo que significa que anualmente se producen 657 mil 689 toneladas.
Los integrantes de la Comisión Ambiental Metropolitana mostraron su preocupación porque el acuífero surte de manera ininterrumpida a 38 municipios, entre los cuales se consideran los ocho mexiquenses con mayor densidad poblacional y cinco hidalguenses también urbanos; entre estos, están los principales consumidores Pachuca y Cuautitlán Izcalli.
De acuerdo con los reguladores del agua, el mayor uso del agua del yacimieto lo tiene Edomex con 849 aprovechamientos y sólo 133 son para los hidalguenses.
El alto crecimiento demográfico y la migración de la población rural a las localidades urbanas generan una fuerte demanda de vivienda, promoviendo el desarrollo desordenado y conforman conurbaciones y aglomeraciones urbanas, dice el documento.
El estudio elaborado hace énfasis que hasta 73 por ciento de la oferta de vivienda se concentra en el corredor Pachuca-Tizayuca, además de considerar los otros puntos de vecindad urbana como Tula, Tulancingo y Tepeapulco.
Junto a este fenómeno se denota la migración paulatina a Pachuca de los habitantes de la zona metropolitana de la Ciudad de México, situación que demanda la generación de más y mejores servicios públicos.
Además de estos problemas, que se presentan por ausencia de políticas públicas que los mitiguen, se encuentra la captación de las aguas negras procedentes del Distrito Federal, desalojadas a través del emisor central y el gran canal de desagüe hacia el río Tula; lo cual tiene efectos negativos en mantos acuíferos, cuerpos de agua, salud pública y en los sistemas biológicos acuáticos y terrestres.
A esta contaminación se suma la descarga que hacen de sus aguas residuales localidades que no cuentan con servicio de alcantarillado y saneamiento.
El documento señala la necesidad de planear a largo plazo la sustentabilidad de la zona metropolitana, para que alcance a largo plazo convertirse en un área habitable y que preste los servicios indispensables.
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