- 79% de la población consume refresco u otras bebidas azucaradas embotelladas.
- 70% manifiesta estar de acuerdo en que se ponga un impuesto al refresco del 20% (aproximadamente $1.50 pesos).
- El impuesto al refresco recibe el 46% de apoyo comparado con otros posibles impuestos.
México, D.F. 27 de agosto, 2013. La Alianza por la Salud Alimentaria presentó la 2ª entrega de la ‘Encuesta Nacional sobre Obesidad’ referentes a la percepción de la ciudadanía en el tema de consumo de refrescos y su apoyo a medidas fiscales como el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a los refrescos azucarados.
La Encuesta arrojó que el 79% de la población consume refresco u otras bebidas azucaradas embotelladas; 39% de las personas con obesidad y 29% de personas con sobrepeso consumen diariamente refrescos u otras bebidas azucaradas; 91% de los hijos de los encuestados (niños entre 6 y 16 años) consumen bebidas azucaradas.
Apoyo a medidas regulatorias
La mayoría de la población, el 70%, manifiesta estar de acuerdo en que se ponga un impuesto al refresco del 20% (aproximadamente $1.50 pesos); el 29% considera que los recursos de este impuesto deben ser destinados a campañas de orientación alimentaria y un 27% a la creación de un fondo destinado a la prevención de la diabetes.
El 71% estaría de acuerdo con el impuesto al refresco, si el dinero recolectado estuviera destinado exclusivamente a la instalación de bebederos de agua potable en escuelas y espacios públicos.
El 33% de la ciudadanía afirma que para que existiera una disminución en el consumo de refresco tendría que haber un aumento en el costo del producto de entre $1 y $5 pesos; 21% considera que debe subir de $6 a $10 pesos para dejar de consumirlo. De aprobarse un impuesto al refresco el 38% afirma que reduciría su consumo y el 33% dejaría de tomarlo.
“La propuesta de un impuesto a refrescos azucarados como el que se propone desde la sociedad civil, y retoma la senadora Marcela Torres, es una medida eficiente y de gran impacto para desincentivar el consumo de estas bebidas con gran aporte calórico, impacto negativo en la salud y sin ningún beneficio nutricional. El hecho que México sea el primer consumidor de refresco nos enfrenta a la necesidad de disminuir su consumo, por su relación comprobada con la obesidad. Es por esto que llamamos a la Secretaría de Hacienda, y al propio secretario Luis Videgaray, a incluir esta propuesta de salud dentro de la Ley de Ingresos a presentarse el 8 de septiembre próximo, que permitirá la inversión en programas de prevención tan necesarios como lo es la introducción de agua potable en espacios públicos y escuelas”, declaró Luis Manuel Encarnación de la organización Contrapeso.
Finalmente el impuesto al refresco recibe 46% de apoyo comparado con otros posibles impuestos como el impuesto a medicamentos a gasolina y alimentos.
Bebederos en las escuelas y espacios públicos
De acuerdo con los resultados del XIII Censo de Población y Vivienda, INEGI 2010, 10 millones de personas no cuentan con servicio de agua potable y 11.5 carecen del servicio de alcantarillado, cifras que representan el 9.1% y 10.4% de la población, respectivamente.
De los 10 millones de personas que no cuentan con servicio de agua potable, 6.3 millones pertenecen a zonas rurales y 3.7 a zonas urbanas. En las zonas más pobres y donde la cobertura de agua es la más baja, como Chiapas, Guerrero y Oaxaca se presenta uno de los mayores consumo de refrescos. La aplicación del impuesto serviría para enfrentar la gran desigualdad que existe en la disponibilidad de agua.
“La epidemia de la obesidad que compromete la salud de la población y las finanzas del país y las familias mexicanas no se podrá enfrentar si no se combate la crisis de hidratación que vivimos, la total falta de acceso a agua para beber en escuelas, espacios públicos y comerciales, en comunidades enteras. Con solamente el 10% de lo que se podría recaudar con un impuesto del 20% a los refrescos sería suficiente para instalar bebederos de agua en las más de 120,000 escuelas del país. La falta de acceso a agua para beber al interior de los planteles escolares es una violación a uno de los derechos de la infancia, que los niños y las niñas tengan acceso a agua para beber. No solamente somos el país con mayor consumo de refrescos, también de agua embotellada y esto tiene un fuerte impacto en la economía de las familias. Requerimos de una profunda política pública por la hidratación a través de agua y el impuesto al refresco podría dar los recursos para impulsarla”, señaló Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor.
Metodología de la encuesta: 1,500 entrevistas cara a cara en vivienda con representatividad nacional, levantada entre el 19 y el 23 de julio de 2013, con un diseño bietápico estratificado y con un error de estimación absoluto teórico de +/- 2.53%. La Encuesta fue realizada por Dinamia.*
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